jueves, 13 de octubre de 2011

Diecinueve años ya

Es mucho tiempo, en realidad siempre fue demasiado tiempo sin ti, desde el primer día. LLego a casa y ya no estás, no estarás nunca más y yo te sigo necesitando, te sigo queriendo. Extraño tu sonrisa, tu voz, tus abrazos, extraño hasta tus enfados. Esta noche te buscaré en sueños y me dormiré con la esperanza de que aparezcas en ellos, como hiciste alguna vez, para reconfortarme, para transmitirme una bocanada de esperanza.