miércoles, 10 de junio de 2009

El tren



Es un viaje tranquilo, el tren parece pasear por los railes, como si se deslizara. Entre montañas, ríos, prados inmensos, girasoles y alguna espina. Parece iluminado en cada ventanilla, como si hubiera luciérnagas asomándose para ver el paisaje, deseosas de formar parte de él. Ha parado ¿a descansar? ¿a pensar? un momento... se mueve, ohhhh un paso atrás, ¡dos adelante! tres retrocede, un baile parece. Una mirada espectante, inquieta, curiosa, ilusionada anhela conocer el otro lado de las montañas. Pero este tren está perezoso, no quiere moverse. ¿Me bajo y lo empujo? uyss, si hay muchas vías, cualquiera de ellas puede llevarte al mejor de los sueños, a la peor de las pesadillas. ¿Y si al otro lado encuentro dragones, serpientes y murciélagos? ¿y si hay arco iris, delfines y puestas de sol embriagadoras? Lo más probable es que en todos ellos haya un poco de cada, un poco de todo. ¿Cuál será la que me lleve al mejor lugar? ¿qué camino será el más apasionante, el más divertido? donde cada día sea una aventura y la aventura sea vivir cada día.  Si no consigo mover este tren nunca lo sabré, aysss.